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Fotos de la Primera Comunión y la homilía del capellán del Colegio, padre Jorge Herrera

09 de Agosto de 2023

Homilía Primera Comunión Colegio Tabancura

Queridos Niños, hoy llegó por fin el día de recibir a Jesús, el Pan de Vida, el día de su Primera Comunión. Sé que están ansiosos, pero mucho más ansioso está Él, el Señor. ¿Qué estará pensando ahora mismo Jesús desde el Cielo? Nos está mirando y yo me imagino que Él podría escribirnos una carta, más o menos como esta:

«El Cielo, 5 de agosto de 2023. Queridos Niños, soy Jesús, el Señor. Me conocen bien porque sus catequistas que están por ahí sentados les han hablado mucho de mí y de mi amor por ustedes. Soy Dios Hijo, redentor y creador del mundo junto al Padre y al Espíritu Santo. Soy el mismo que —cuando el Angel lo anunció a María como ven en esa esquina del retablo— me encarné en las entrañas de la Virgen María. Después Nací en Belén y fui primero una guagua y luego un Niño igual que ustedes. Trabajé en el taller de mi padre san José mientras la Virgen nos miraba con cariño [retablo]. Después crecí y —pensando en cada uno de ustedes —, entregué mi vida en la cruz [centro del retablo] para darles a ustedes una vida nueva, una vida eterna.

Mi vida de Dios y de hombre resucitado. Hoy van a recibir una parte grande de esa vida mía. El Pan de la Eucaristía es el Pan de Vida, como les decía en el Evangelio: «Yo soy el Pan de Vida». En unos minutos más, el sacerdote me va a prestar su voz para que yo diga esas palabras maravillosas: Esto es mi Cuerpo, Esta es mi Sangre y desde esos momentos, cuando suene la campana yo estaré sobre el altar. Y mis ganas de que llegue la comunión serán inmensas. Mil veces más grandes que las que tú tienes.

¡Ay niños!, ¡si ustedes pudieran conocer mis pensamientos cuando veo la fila de comunión! Yo me sé sus listas del curso de memoria: Arévalo, Ariztía, Bollmann… hasta Matías Valenzuela en el A. Acevedo, Alcalde, Alcalde,… hasta los dos Vial en el B. Y de Achurra, Barros, Barueto a Villarroel en el C. Pero, yo no pienso en ustedes como una lista, sino en cada uno, como miembro de mi Iglesia, como mi mejor amigo y hermanito pequeño. Así los voy a ver en unos minutos más en la fila. Voy a decir ¡mira! ¡ahí esta Santiago! Qué bien se preparó para este día! He escuchado todas sus oraciones. Y detrás de él viene Tomás… ¡qué gracioso verlo tan peinado! Sé que viene un poco triste porque tuvo una pelea con su hermana Josefina. Pero lo voy a ayudar con mi Gracia para que no se quede triste y vuelva a estar alegre después de la Misa. ¡No se va a dar ni cuenta que fui yo!

Más atrás, el octavo, es José. No ha parado de decir comuniones espirituales y ayer ayudó a Felipe con sus tareas. ¡Qué abrazo le voy a dar! Porque la comunión se parece mucho a un abrazo apretado lleno de amor.

Muy serio detrás de Miguel viene Gonzalo. Él está feliz, pero el que me da pena es el tío de Gonzalo. El que está sentado allá atrás, mirando el techo. Lleva tantos años ¡pensando solo en su trabajo! Aunque lo he puesto tantas veces cerca de un sacerdote amigo mío nunca quiere confesarse y ya apenas se acuerda de mí. Si ustedes supieran cuanto sufro por él… Queridos Niños: ¡recen para que todos sus familiares se confiesen! Con la oración de los niños yo puedo hacer mucho. Cosas importantes y grandes, como hacer que muchos en sus familias me abran el corazón y se me acerquen en los sacramentos.

Queridos Niños, yo quiero ser su mejor amigo. Nadie los quiere como yo. El amor de sus papás, que ya es muy grande, es apenas una imagen de todo lo que yo los quiero. Miren la cruz que está en todas nuestras iglesias y acuérdense de eso. Estoy dispuesto a todo porque estén a mi lado. Nadie ni nada puede darles la alegría que yo les quiero dar. Sus almas están hechas para mí.

¿Han visto los animales? En el Salmo cantamos: Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío. Yo inventé las ciervas para eso, para que ustedes las vean ir a los ríos a buscar agua que tomar. Si todavía no has podido ver un ciervo, quizás te acuerdes de tu perro, cuando tiene sed y se toma todo el plato de agua. Con esa misma sed de mí está tu alma, que me necesita para ser feliz.

No les pido que sean perfectos, solo que traten, que luchen contra el pecado… y yo veo que ustedes ya tratan.

No se vuelvan locos con las cosas materiales. Hoy mismo van a tener esa tentación con los regalos que van a recibir. No sean catetes con sus papás para que les compren cosas ¡Yo quiero ser su principal alegría! Pero a veces hasta sus papás me lo ponen difícil cuando les compran todo lo que se les ocurre. Recen para que busquen todos una vida más sobria, más conforme al Evangelio y a lo que enseña la Iglesia.

Solo en una cosa les pido que sí, que sean catetes. En insistirles a sus papás ¡TODOS LOS DOMINGOS que los traigan a verme en la Misa. Hagan como el ángel que despertó a Elías en la primera lectura: levántate y come….Levántenlos…[ellos] Dejen que los Niños se acerquen a mí. Háganles caso en todo, menos cuando les dicen que tienen que trabajar o que hay que ir a ver a alguien en un día domingo. Y ustedes ayúdenlos vistiéndose rápido y saliendo rápido para no atrasarlos. ¡Me alegra tanto ver a las familias enteras en la Parroquia cada domingo! No me quiten ese consuelo.

No les escribo más. Espero verlos todos los días en la Misa del Colegio. Y en el Sagrario, vayan a saludarme y a contarme de sus juegos, de sus cosas, de sus penas y sus alegrías. Desde hoy vamos a poder ser cada vez mejores amigos. Se despide, por un rato mientras llega al altar, Jesús.» Niños, ¿hagámosle caso al Señor? Pidámosle ser hombres muy santos, que reciben el Pan de Vida con frecuencias, que busquen ese abrazo con Cristo muchas veces, que sean sobrios, que le pidan perdón, que lo vayan a ver a diario en los sagrarios.

Homilía del capellán del Colegio, padre Jorge Herrera.